Después de casi 15 horas de sesión, el senado de Argentina aprobó la ley que concede el derecho a matrimonio a la comunidad LGBTA. La aprobación convierte a Argentina en el primer país de América Latina en aprobarlo y el segundo, después de Canadá, en el continente (Curioso que son los extremos de América)... ¿Groelandia es parte de América? Nunca había pensado eso.

Y aunque la medida es, en efecto, un paso gigantesco en materia de Derechos Humanos, a mi solo me hace reflexionar en lo mucho que falta para poder alcanzar una verdadera igualdad en mi país y en el mundo, como lo muestra el mapa que presento acá.
La sesión tuvo discursos que me gustaría ver en México por su calidad argumentativa y lógica; y otros que presentaban argumentos [cuasi]imbéciles de carácter sémantico únicamente y que hacían uso de la retórica política para disfrazar la posición de quien articulaba frases como "Aquí tengo 100,000 firmas que se oponen a la medida" (las cifras pueden variar); otras como "La palabra matrimonio tiene raíz latina que habla de la cualidad de madre, así que si no procrean no puede llamársele así" (que la he leído en múltiples ocasiones); frases como las anteriores y otras tantas que simplemente podían ser catalogadas en números negativos en una escala lógica (donde lo positivo es más lógico y el cero es el argumento del "porque sí") me hacen pensar de la gran labor que se tiene que hacer para convencer a la gente de lo faláz de esas y otras muchísimas ideas que pueblan la cabeza del colectivo de la gente.
Al final de la votación y durante los comentarios finales lució, por su llanto y evidente consternación debido al estrés y arduo trabajo (para que no se aprobara la ley de matrimonio, cabe mencionar), la Senadora Liliana T. Negre de Alonso. Quien, al enfrentarse a acusaciones de proponer ideas totalitarias con la ley de "Unión Civil" (que ERA una propuesta de régimen totalitario o, en el mejor de los casos, quasi-totalitario), se intentó defender vehementemente. El resultado fué una cara que, de haber puesto atención para capturarla, era la de alguien que acababa de ser condenada al infierno (cosa muy probable dada su posición y contactos eclesiásticos). Como no tengo material gráfico del momento en cuestión, les presento una dramatización que me tomé la libertad de hacer:

y es que es posible imaginar el tipo de conversaciones que pudo haber tenido con los altos mandos del clero argentino:
—Hija mía, debés hacer que la ley no pase. A Dios no le gustan los homosexuales... Ni las mujeres que no hacen como Él dice. ¿Sabés cuál es el destino que tiene preparado para esa gente?
—Sí, Padre.
—Bien, porque ésta es una movida del Diablo, y hay que apoyar la Guerra de Dios contra el pecado.
O por lo menos algo muy parecido. Se atreven a decir cualquier cosa con tal de avanzar sus agendas medievales; incluso invocaban a la ciencia con suspuestos "estudios científicos" que apoyaban su frase de "
¿Alguien quiere pensar en los niños?".
Por otro lado, en la plaza frente al congreso, se sentía un ambiente de tensa espectativa durante los instantes que duró la votación que pronto se disolvió en un mar de abrazos, besos, lágrimas de felicidad y cánticos paganos (por lo menos en mi cabeza y en esta narración) de la comunidad que ahí estaba. Muy bonito, en verdad, muy bonito.

Me siento muy
orgulloso que, por fin, podamos ver estos cambios en América Latina y me siento feliz por las miles y millones (espero) de personas argentinas que se podrán casar de aquí en adelante de forma igualitaria.
No creo en el matrimonio, pero si me casaba hoy, lo hacía en Argentina.
EDICIÓN: Sabía que era cuestión de tiempo para que apareciera una foto de Negre de Alonso mientras imagina que se va al "lugar especial" por no lograr avanzar la agenda de la iglesia.
Mabo me pasó una imágen donde aparece la carita homofóbica con lagrimitas. Por "error" dupliqué la imágen, así que les pido "disculpas" por el doblete. ¿Pueden ver la diferencia entre las dos?

Yo no.
Saludos.